Autodidacta, lector voraz, escritor de fina y cáustica ironía en combinación con una auténtica humanidad, constituyen ejes para entender la personalidad del novelista, miembro de la Academia Francesa y Premio Nobel de Literatura, Anatole France.
Autodidacta, lector voraz, escritor de fina y cáustica ironía en combinación con una auténtica humanidad, constituyen ejes para entender la personalidad del novelista, miembro de la Academia Francesa y Premio Nobel de Literatura, Anatole France.
Alto, escuálido, vestido de guayabera, pantalón blanco y a la cabeza un Jipijapa, el compositor José (Joseíto) Fernández Díaz encarnó al Quijote cubano del barrio habanero de Los Sitios.
El alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio La Demajagua inaugura en la historia nacional el empleo de la vía armada como forma de lucha para alcanzar la independencia
Cadáveres, miseria, desolación y ruinas se ven por todas partes, y nos damos por muy contentos con poder contarlo, dijo un testigo del Huracán de Matanzas, ocurrido entre el 7 y el 8 de octubre de 1870.
Los franceses Louis y Auguste Lumiére patentaron el cinematógrafo el 13 de febrero de 1895 y filmaron la película Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir, presentada en marzo.
Se habla de su valentía sin límite, de su intransigencia y verticalidad, de su risa franca y sus malas pulgas. Los que lo conocieron de cerca evocan su respiración asmática, su charla matizada por la ironía y su talante seco.
De los hermanos poetas Uhrbach Campuzano más se conoce a Carlos Pío, el teniente coronel independentista que cayó en combate y en el bolsillo llevaba una foto de su amada, la poetisa Juana Borrero.
En vida, las críticas fluctuaron entre el halago y el rechazo: solo después de la muerte le llegó el aplauso pleno al pintor impresionista, escultor y grabador francés Edgar Degas.
Un cuerpo fatigado a los 61 años cedió a los reclamos de la muerte e 21 de septiembre de 1832, en Abbotsford, y sir Walter Scott partió para siempre.
Poco recordado es el patriota, compositor, director de orquesta, pianista, pedagogo y crítico musical José Marín Varona, padre de las bandas militares en Cuba y considerado uno de los artistas representativos de la música de salón.
Tras el golpe militar al gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, profesores, trabajadores y estudiantes se agruparon en la Universidad Técnica del Estado, cercana al Palacio de la Moneda, entre ellos Víctor Jara.
Autor de novelas, cuentos, poemas, obras de teatro, libros de viaje y críticas literarias, el inglés David Herbert Lawrence fue considerado por sus contemporáneos un pornógrafo que no aprovechó su enorme talento.
Ciento 10 años se cumplen del natalicio de ese grande de la canción cubana: Ignacio Jacinto Villa Fernández, o simplemente Bola de Nieve.
El italiano Luis Galvani fue fanático a las ranas y sacó provecho de ellas para las ciencias; físico, matemático, biólogo y médico, asombró con la «electricidad animal» o galvanismo, al investigar las contracciones musculares de los batracios al contacto con metales.
En la relación de autores musicales cubanos cuyas obras se expandieron por el mundo, se encuentra Eduardo Sánchez de Fuentes.
Reconocido como el más eminente bacteriólogo cubano de todos los tiempos, al doctor Arturo Curbelo Hernández y su maestro Reynaldo Márquez se debe el descubrimiento y erradicación del tifus pinareño, tifus murino o endémico cubano.
Uno de los treseros más grandes de todos los tiempos fue Arsenio Rodríguez, El ciego maravilloso, el negro que respetó la tradición de sus ancestros congoleses y cuyo nombre era Ignacio de Loyola Rodríguez Scull.
Cuando Modesto Díaz Álvarez pasó de las filas españolas a las insurrectas, dijo a Carlos Manuel de Céspedes: “Cuente usted que la causa de Cuba tendrá en mí un fiel servidor”.
Del Mayor General del Ejército Libertador, Juan Rius Rivera, dijo Antonio Maceo: “Es uno de los más brillantes generales de la guerra del sesenta y ocho, y lo quiero a mi lado porque en cualquier momento que yo deje el mando de algunas fuerzas, es el más llamado a sustituirme”.
La Guerra Chiquita, denominada así por su corta duración, tuvo como objetivo fundamental la demostración de que el espíritu de lucha de los cubanos no cejaba ante el oneroso acuerdo del Pacto del Zanjón.