A Federico, nacido el 1ro de octubre de 1873, en Matanzas,  apenas se le recuerda y menos suerte corre la reedición de sus obras, caracterizadas por el exotismo, espíritu de evasión, cosmopolitismo, elegancia y refinamiento de la expresión.

Fundador de la Academia Nacional de Artes y Letras y secretario de su Sección de Literatura, el bardo se inscribió en el modernismo de los primeros años del siglo XIX; también, fue reconocido en la Exposición Nacional de La Habana de 1911.

Admirador de Julián del Casals, la obra poética de Federico Uhrbach está inscrita en la más prolongada supervivencia del modernismo casaliano.

De vida y obra

Si, Carlos amó a Juana Borrero en un amor truncado por el exilio, la enfermedad y la muerte, Federico Uhrbach tuvo más suerte y se casó con Elena, también poetisa como sus hermanas Dulce María y la Niña Musa.

De su estancia en Cayo Hueso quedaron colaboraciones en varias publicaciones y fundó con José Govín, el semanario separatista Los Azules; al retornar a Cuba, trabajó para El Fígaro, El Heraldo, La Nación, El País, La Discusión y Letras. Datos interesantes: Eduardo Sánchez de Fuentes musicalizó su Dolorosa, estrenada en el Teatro Nacional y después puesta en escena en el de Balbo, Turín; y el poeta, al quedar cesante como jefe de Negociado de la Propiedad Intelectual, vivió días de miseria.

De Federico Uhrbach dijo Juan Marinello que era un feliz y espontáneo maridaje entre la actitud discretamente romántica y los modos más amplios, libres y sonoros del rubendarismo.

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