Entre sus vastos aportes a las ciencias, se insertan los hallazgos de las Salmonellas habanense y cubense y la evidencia de la patogenicidad de la Escherichia coli, conocido como Doctrina de La Habana.

El científico, junto a los doctores Reynaldo Márquez y Emilio Soler, mostraron el primer caso confirmado de leptospirosis, diagnóstico probado en mil novecientos cuarenta y cinco.

Otra contribución, en unión de Viola Márquez Biscay, fue la compilación y publicación de ciento setenta y siete casos con diagnóstico de la Enfermedad de Weil; el doctor Arturo Curbelo Hernández nació el primero de septiembre de 1901, en Pinar del Río.

Legado a la bacteriología

La obra del doctor Arturo Curbelo Hernández abarca once libros y doscientos sesenta artículos científicos, en los que aborda cuestiones relacionadas con las bacterias patógenas del hombre y las bacteriologías clínicas y patológicas.

Entre sus contribuciones a la microbiología se hallan la validación de la disentería bacilar y el aislamiento por primera vez en el país de los virus A y B de la Influenza.

Graduado de Medicina en la Universidad de La Habana y profesor de esa escuela, realizó especializaciones en universidades norteamericanas sobre antibióticos y virología, y fue director del Centro de Salmonella y miembro del Centro de Salmonella de New Cork.

Director de la Cátedra de Bacteriología, el doctor Arturo Curbelo era hijo de Úrsula Hernández Martínez, capitana del Ejército Libertador, grado conferido por Antonio Maceo en la campaña de Pinar del Río.

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