Un joven músico brasileño que visitó a Cuba en dos oportunidades integrando las brigadas sudamericanas de solidaridad con nuestro país, quedó fascinado al conocer la música del Bola.
Encantado, expresó a este redactor: A ese artista, además de intérprete único y genial, se le desborda la cubanía. Precisamente, lo genuino y cubano brotó natural y con autenticidad irrepetible en Bola de nieve.
Tal vez la feliz coincidencia de nacer en tierra de Ernesto Lecuona y Rita Montaner lo hizo grande. Fue un pianista excepcional, cantante y autor de bellas melodías, como: Si me pudieras querer, no dejes que te olvide y Tú me has de querer.
Bola, de Cuba y el mundo
Poco se conoce de la fama de Bola de Nieve en múltiples escenarios mundiales. Cantó en México, Estados Unidos, Brasil, Argentina, España, Francia, Rusia, China, Italia y Dinamarca, entre otras naciones.
El bar-restaurante Monseñor fue su hogar permanente, donde repartía felicidad a quienes visitaban ese centro. Allí muchos lo vimos charlar y bromear con el público, a la vez que complacía con sus canciones a quienes se la pedían.
De él expresó el poeta Pablo Neruda: Bola de nieve se casó con la música y vive con ella en esa intimidad de pianos y cascabeles; y Alejo Carpentier comentó: Bola de Nieve nos pone a todos de acuerdo, evidentemente.
Pero ha tenido, por encima de eso, el talento necesario para ponerse de acuerdo con todos los pueblos del mundo.
Lo mejor es escuchar e interpretar lo que Bola de Nieve nos dejó dicho.