En Máximo Gómez Báez está la simiente del internacionalismo, ese sentimiento de actuar en beneficio de otros para ayudar y contribuir con una causa noble
En Máximo Gómez Báez está la simiente del internacionalismo, ese sentimiento de actuar en beneficio de otros para ayudar y contribuir con una causa noble
La acción militar de mayor envergadura durante la guerra iniciada en 1895, la constituyó la Invasión de Oriente a Occidente
No puede la historia de Cuba prescindir de Máximo Gómez Báez, El Generalísimo: ese horcón militar dominicano de nacimiento, cubano de corazón, como lo calificara Martí.
El presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, destacó este miércoles el legado internacionalista del General en Jefe Máximo Gómez, de origen dominicano
El doctor Eusebio Leal, director de la Oficina del Historiador de La Habana, reinauguró hoy la antigua residencia del Generalísimo Máximo Gómez Báez, en la capitalina Quinta de Los Molinos
Máximo Gómez, el Generalísimo del Ejército Libertador, el dominicano internacionalista, fue ante todo un estratega genial. Era un talento de la guerra, un hombre recio y de gran nobleza, además de un padre ejemplar
Su filosofía militar se resumía en una frase: Hay que quemar la colmena para que se vaya el enjambre. Y para quemar la colmena, Gómez realizó hazañas incontables.
Desde su llegada a costas cubanas, el 11 de abril de 1895, Martí y Gómez tenían previsto reunirse con Maceo en la manigua. El ansiado reencuentro se produjo el 5 de mayo, en el ingenio La Mejorana
Esta vez, la reciente declaración de la nueva Constitución de la República, también forma parte del homenaje a quien desembarcó un día como hoy en ese sagrado sitio de la Patria
Escudriñar, aun a vuelo de pájaro, en la vida de Máximo Gómez, ese dominicano recio, enérgico y de gran nobleza que fue Generalísimo del Ejército Libertador, es retrotraer en el tiempo a una figura que se entregó totalmente a Cuba sin pedir nada a cambio