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La Habana, Cuba. – No es secreto, estamos viviendo en un mundo decadente, pautado por los intereses del imperialismo global, cada vez más engañoso y desfachatado.

En busca de equilibrio, las bases de apoyo del capitalismo se deben reducir ostensiblemente en las regiones de contrapeso. Mientras crezcan las amenazas, la respuesta de la toma de conciencia debe acentuarse cual toque de clarín.

Con tan solo observar el reflujo de la izquierda latinoamericana, ascendiendo nuevamente al poder por decisión electoral es una clara evidencia que se puede.

No es un código oculto que en la batalla desenfrenada por el pensamiento la Guerra Comunicacional -tan exuberante como la guerra política y militar- cobra sus víctimas, pues la estrategia está basada en que la gente no luche por las grandes causas.

Quieren acorralar a la izquierda revolucionaria

Cada vez resulta más difícil instalar las ideas emancipatorias en los pueblos, aunque los medios alternativos a los pendones noticiosos imperialistas se han convertido en efectivo método para la sobrevivencia, máxime cuando el universo virtual ha superpuesto el real por mucho.

Por ejemplo, la gente está olvidando la praxis del periodismo para hacer frente las andanadas de desinformación capitalista, de allí la necesidad de una teoría que sostenga la comunicación perenne entre las grandes masas.

Enarbolar nuestro acervo cultural es vital para instalar nuevas ideas que eviten acorralarnos.

Debemos llegarle, en primera instancia, a la juventud mediante formas comunicacionales creativas que permitan reinstalar las grandes causas regionales en el futuro inmediato