La Habana, Cuba. – Hay incertidumbre en el mundo. El asalto del nuevo coronavirus, un organismo casi invisible y con una vida muy simple, ha puesto en riesgo a la especie tecnológicamente más desarrollada de la Historia del planeta.

Ese enemigo nanométrico ha desafiado la vieja mirada filosófica de que el hombre es el centro de todo y ha demostrado que otros seres vivos también pueden provocar grandes catástrofes mundiales. Claro que las pandemias han sido recurrentes, pero en este caso, el asunto es que todos estamos más conectados que en el pasado y eso hace mucho más fácil la explosión global de los contagios y por supuesto de los fallecidos.

Lo cierto es que el nuevo coronavirus ha acelerado tendencias en desarrollo antes, que tienen que ver con la geopolítica, la economía y hasta la sociedad. Y esos cambios han puesto a pensar a muchos.

Mirando el futuro

Pensadores de todo signo desde hace rato analizan cómo será el mundo, y la especie humana, después de la pandemia.

Un viejo político estadounidense, Henry Alfred Kissinger, considera que cuando todo termine se verá que muchas instituciones le fallaron a sus ciudadanos.

El filósofo sudcoreano Byung-Chul Han estima que la crisis sanitaria es una oportunidad para resetear nuestra forma de vida. Otro filósofo, el esloveno Slavoj Žižek vaticina que el nuevo coronavirus resquebraja al sistema capitalista global, una señal, dijo, de que es necesario un cambio radical.

Lo que nadie duda es que la pandemia será un parteaguas en el sentido etimológico de la palabra griega krisis , que significa punto de inflexión. Puede ser entonces que estemos en un momento de giro para que la Humanidad toda explore un camino más solidario.