Oigo a la presentadora de un espacio de televisión cuando asegura que ella está “en disposición A ayudar”, lo cual es un disparate, pues si bien es correcto decir que estamos dispuestos A ayudar, A trabajar, A estudiar, A ir y venir…, tenemos que decir que estamos en disposición DE ayudar, DE trabajar, DE estudiar, DE ir y venir… Creo que la traducción mecanizada que realizan las computadoras, más la que ejecutan aquellos traductores a los que cabe llamar tradittóre, ha abierto la talanquera a la preposición A, que anda por ahí desperdigada en boca de muchos, suelta y sin vacunar.
Numerosos fueron los obstáculos que tuvo que vencer José Martí para preparar la guerra que entendió necesaria e inevitable por la independencia de Cuba
Las espantosas imágenes de seres humanos que se lanzaron al vacío desde los altos de las Torres Gemelas neoyoquinas, porque prefirieron retar a la providencia antes que ser abrasados por las llamas, definirá siempre a esta época
Fue Bonifacio Byrne –el poeta de la bandera- quien al regresar del exilio, calificó a la enseña de la estrella solitaria como “la más bella que existe”
Tal cual nos vio José Martí, éramos una máscara, éramos una visión… La Revolución nacida de nuestras necesidades nos había librado del antifaz y de la venda en los ojos y de la mordaza, y nos devolvió la dignidad…
El epíteto, esa expresión que destaca de modo a veces poético, a menudo metafórico, la significación de un individuo, tiene certeza de perennidad en la historia de Cuba.
Fue Bonifacio Byrne –el poeta de la bandera- quien al regresar del exilio, calificó a la enseña de la estrella solitaria como “la más bella que existe” y si bien es cierto que ese juicio está condicionado por los sentimientos patrióticos del poeta, no deja de ser verdad que la bandera cubana sobresale, por su diseño y colorido, en el concierto universal de emblemas nacionales
Tal cual nos vio José Martí, éramos una máscara, éramos una visión … La Revolución nacida de nuestras necesidades nos había librado del antifaz y de la venda en los ojos y de la mordaza, y nos devolvió la dignidad y nos proclamó socialistas en una tarde de duelo en que el furor se sobrepuso al llanto frente a los cadáveres de los caídos en las bases aéreas
Siempre recuerdo la letra de este amoroso bolero cuando cerca de mí alguien dice: “Buen día, Buena tarde, o Buena noche” y, para ser o parecer novedoso e inteligente, expresa el saludo en singular, aunque en español, desde el inicio de los tiempos, se saluda en plural
¿Cómo explicarles –a sus compañeros que le preguntan- las diferencias ortográficas relativas al acento diacrítico entre la preposición hacia y la forma verbal hacía? –pregunta desde su refugio villaclareño en Esperanza el joven estudiante Yandri Machado Mederos