La Habana, Cuba. – Camilo Cienfuegos Gorriarán encarnó a uno de los más grandes combatientes de nuestro victorioso Ejército Rebelde. Intrépido, revolucionario, cordial, desbordaba simpatía.

Apenas faltaban dos meses para la partida de la expedición del Granma en Tuxpan, cuando Camilo llegó a México y, aunque en un inicio el jefe de la Revolución se negó a admitir un nuevo ingreso, al final cedió a la insistencia de aquel joven alegre y animoso.

De inmediato fue aceptado y se le destinó a uno de los campos de entrenamiento de los futuros expedicionarios.

Fue el último en la lista del grupo que desembarcó en Las Coloradas, el 2 de diciembre de ese año: 1956. Tres días después, el destacamento expedicionario sufrió al amargo revés de Alegría de Pío.

Perfil de un héroe

Fue en la Navidad de 1956 cuando Camilo pudo reunirse con Fidel y con un pequeño grupo de sobrevivientes de Alegría de Pío; partieron desde la casa del campesino Mongo Pérez hacia la cordillera del Turquino.

Para el hombre que desde su exilio en los Estados Unidos escribió: Fidel es la esperanza de libertad para el pueblo cubano, compartir con él la vida de guerrillero era un premio. Lo demostró en el combate de La Plata, donde se destacó por su voluntad y arrojo, y el del Uvero.

En octubre de 1957, Camilo Cienfuegos fue ascendido a Capitán y jefe de la vanguardia de la columna cuatro al mando del Che.

Herido en Pino del Agua, ganó el llano en la zona del Cauto, donde el Señor de la Vanguardia realizó temerarias acciones y desarrolló las fuerzas del Movimiento 26 de Julio.

Son sus sueños todavía

El 21 de agosto de 1958, retenido un día por la crecida de los ríos, Camilo Cienfuegos inició la histórica marcha invasora.

En su camino hacia Las Villas, donde se reuniría con el Che, las columnas 2 y 4 al mando de Camilo y Guevara fueron asediadas continuamente por los cercos, las emboscadas, los ataques de la aviación enemiga y las inclemencias del tiempo.

Tras diez días de incesantes combates, Camilo logró que se rindiera la guarnición de Yaguajay, mientras el Che tomaba Santa Clara, quedando liberado todo el territorio de la central provincia.

Tras el triunfo rebelde, Camilo ocupó Columbia y el día 8 acompañó a Fidel en su entrada triunfal a la capital. Desde el octubre de su desaparición física, sus sueños son aún los de su pueblo.