Tokio, Japón. – La conocida Torre de Tokio es uno de los símbolos de la ultramoderna ciudad que acoge a los Juegos Olímpicos de 2020.

Con un diseño basado en la Torre Eiffel parisina, la gigantesca mole de acero tokiota tiene 315 metros de altura, pues perdió 18 cuando en marzo de 2011 hubo que retirar una antena de transmisiones analógicas.

Un fuerte vendaval que azotó al este de Japón en esa fecha se unió al hecho de que la antena no se empleaba por la aparición de las emisiones digitales. Y es que la torre se abrió al público en 1958 para el trabajo de la cadena pública nipona NHK, aunque tres años después se le añadieron transmisores de radio.

Y aunque más tarde se construyó la Tokio Sky Tree, que es mucho más alta, la primera sigue siendo un referente de la capital nipona.

Punto de referencia

Alumbrada con luces rojas y blancas, la Torre de Tokio resulta un espectáculo nocturno, sobre todo cuando hay alguna celebración especial en Japón. En esas ocasiones la iluminación varía y se hace mucho más colorida.

La estructura fue diseñada por el afamado arquitecto japonés Tachu Naito, y pesa solo unas 4 mil toneladas, 3 mil 300 menos que su sosias parisina. Se calcula que más de 150 millones de personas han visitado ese lugar, donde dos miradores ofrecen una espectacular vista de la megápolis.

Restaurantes y tiendas se han asentado en la zona para aprovechar comercialmente la afluencia de público, que crece los fines de semana y feriados.

Elevada por sobre la ciudad, la Torre de Tokio parece impávida ante el final de la Olimpiada.