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La Habana, Cuba.- Luego de la desagregación del Presupuesto Nacional, por estos días está en marcha en Cuba la discusión en cada centro de trabajo del Plan de la Economía para el presente año, una acción que, ya sabemos, a veces se torna mecánica y formal.

Sin embargo, nada justifica que predomine la inercia en esas reuniones, en las cuales se tiene que diseccionar el futuro más inmediato de una empresa, que en definitiva es también la planificación del ingreso de los trabajadores.

Y precisamente son los trabajadores los protagonistas de ese proceso, pues nadie como ellos para saber dónde falla la cadena productiva o qué hacer para mejorar la calidad o cómo distribuir los recursos para garantizar el cumplimiento anual.

Hace unos días, la Central de Trabajadores de Cuba, CTC, informaba que entre los temas discutidos en las más de 20 mil asambleas realizadas hasta ahora están los indicadores de producción, productividad y salario.

De la empresa a la nación

La discusión sindical del Plan de la Economía va más allá de los resultados de una empresa a nivel local. Y es que no es posible obtener el necesario y ansiado crecimiento del Producto Interno Bruto sin un esfuerzo colectivo que ponga en el centro a las potencialidades de eficiencia que tiene cada centro laboral.

No es un secreto para nadie que la economía vive horas bajas como resultado de múltiples factores, por lo que resulta un imperativo cumplir los indicadores asignados a cada entidad, lo que además redundará en beneficio de los trabajadores.

Es imposible hacer crecer a la economía sin el comprometimiento de todos porque al final lo que cuenta es la suma de voluntades en la producción de riquezas, un camino en el que el mayor incentivo tiene que ser que si se trabaja más, se puede ganar más.