Dicen que Fernando Chenard Piña tenía una audacia temible y un sentido del humor que le acompañaba aún en los momentos más difíciles de la lucha revolucionaria.
En el tránsito desde bodeguero y fundador del Sindicato de Víveres al Detalle, hasta que fuera asesinado por los esbirros batistianos después de los sucesos del cuartel Moncada, hay una larga historia de entrega a la causa liberadora.
Persecuciones, privaciones, cárceles, militancia partidista, apertura de un estudio fotográfico vendido para recaudar fondos para la Revolución, fueron sucesos de una existencia ejemplar, herencia patriótica de familia.
Destacado como fotógrafo y redactor en El Dependiente, órgano de su sindicato, Fernando Chenard Piña, nieto de quien fuera secretario del Cuerpo de Consejo del Partido Revolucionario Cubano, nació en La Habana el 4 de febrero de 1917.
El paquete
Familiares de Fernando Chenard Piña recuerdan que una tarde, mientras esperaba a Fidel Castro en la calle habanera de San Rafael, llevaba un paquete con armas y le dio por tomarse una tacita de café en un establecimiento cercano.
Raudo, le dijo al vigilante de posta que le cuidara el bulto, y cuando llegó el jefe de la Revolución con otros compañeros, les comentó sonriendo que no había mejor guardián para el paquete con las armas que aquel policía de la dictadura.
Fernando Chenard Piña, hombre de esperanzas, en una oportunidad y luego de ser herido en la cabeza durante una manifestación, comentó a su hermana: “Si yo me salvo y esto se pierde, puedes ponerte luto por la Patria; si yo me muero y esto se salva, vístete de rojo que ha triunfado la Patria”.
A su memoria, este día está dedicado en Cuba a los trabajadores del Comercio, la Gastronomía y los Servicios.