En Campechuela, antigua provincia de Oriente, nació el 22 de marzo de 1895 Gustavo Adolfo Aldereguía Lima, quien llegaría a ser médico de reconocido prestigio y revolucionario de pura fibra.

Heredero de la tradición curativa en la Medicina, se destacó por una postura higienista desarrollada desde muy temprano en ingenios matanceros cercanos al poblado de Banagüises, donde laboró en sus primeros años de ejercicio.

En la propagación de esa medicina, el galeno disertó en comunidades, popularizó conocimientos sanitarios sobre higiene, vacunación, aguas, viviendas, vestidos y mantuvo frecuentes diálogos acerca del valor de la medicina social.

Gustavo Aldereguía Lima, identificado con la dura vida campesina, abogó por mejorar sus condiciones, combatir plagas, el parasitismo y enfermedades infecciosas como la tuberculosis.

Médico de Villena

En Gustavo Aldereguía destaca ser el precursor de la Reforma Universitaria, integrante de la Renovación Estudiantil, huelguista, antifascista y, al triunfo de la revolución, director general de la lucha antituberculosa.

Leyenda es su amistad con Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena; cuando este último contrajo congestión pulmonar, lo recluyó en la Quinta de Dependientes, ayudó a burlar la policía y salir de la ciudad.

Al empeorar la salud de Villena, lo llevó al Instituto Clínico de La Habana, pero el líder escapó; luego vendrían los dolorosos días en el sanatorio La Esperanza, hasta el desenlace fatal.

Carlos Rafael Rodríguez expresó de Gustavo Aldereguía que no hubo episodio revolucionario en los últimos cincuenta años en que él no estuviera; fue el padre de Jorge Aldereguía, uno de los forjadores de la administración de salud pública revolucionaria.