La Habana, Cuba. – Amigo lector, ¿a cuántas personas no le habrá ocurrido un percance en las redes sociales, ya sea por desconocimiento o por su mal manejo?.

Pues algunas de esas situaciones desagradables son reflejadas en la serie de once capítulos, Primer Grado, que propone su director Rudy Mora. Una reflexión sobre la superficialidad de las relaciones interpersonales establecidas desde el ciberespacio y el uso y abuso de las redes digitales. Producido por RTV Comercial, cada capítulo tendrá una duración aproximada de 53 minutos en los que se narra un drama que transcurre en un mes y 16 días.

La idea original y argumento es de su director con la particularidad de que los nueve personajes protagónicos están presentes en todas las emisiones, pero la historia central de cada uno y sus conflictos se reflejan en un solo capítulo. Sin embargo, dos de ellos atraviesan la serie de manera horizontal.

Breve Sinopsis

Primer Grado está a tono con los retos virales surgidos y replicados en Facebook, Instagram, TikTok y demás plataformas.

Y aquí les va la sinopsis: Una estudiante de la carrera de Informática sufre cambios en su vida cuando violan su privacidad  y difunden por Internet unas fotos íntimas que enviaría a su novio. Al ser acosada, intenta vengarse de ocho jóvenes que, según su punto de vista, son responsables de su desgracia, y lo hace a través del mismo medio que usaron para “atacarla” -las redes-, con la ayuda de su amigo Riki.

Tras el acoso comenzará el juego. Cada desafío tendrá una relación especial con las problemáticas de los ocho competidores. Ellos perseguirán la recompensa de “asistir al próximo concierto de un reguetonero famoso y acompañarlo en su gira internacional” . Cumplir las instrucciones de Daniela provocará un acto de introspección en cada una de las personas implicadas.

Otras problemáticas saldrán a la luz tributando al eje central de Primer Grado. Se hablará de la reinserción social pospenitenciaria, el alcoholismo, el desamparo familiar y el amor, entre otros temas. “La historia (monotemática) propuesta para cada entrega desarrolla una línea argumental sui géneris”, pues -explica Lully Larramendi, asesora dramatúrgica-, los personajes son bien diferentes entre sí en cuanto a edad, raza, sexo, nivel educacional. También advierte novedad en el tema. El conflicto de las imágenes personales dispersas vía Internet se ha tocado en telefilmes o como parte de una subtrama en telenovelas. Sin embargo, “es la primera vez que una serie cubana en su totalidad se construye a partir de ese nefasto suceso dramático. Por tanto, la profundidad y el enfoque a tal asunto peliagudo son diferentes, y el final termina siendo constructivo, edificante”, afirma.

Presenciar el modo en que sucedía el fenómeno de Internet en Cuba con la llegada de los datos móviles, fue suficiente para que Rudy Mora se acercara al tema de la red de redes. Recuerda publicaciones desprovistas de ética, respeto y sensibilidad humana y afirma que “en nuestro país no se le había entrado de manera directa al asunto”. Se trata de un guión que persiguió un producto atractivo que reflejara valores, sin caer en el “teque y el didactismo”. El ciberacoso, la dificultad para diferenciar el contenido público del privado, las relaciones superficiales con extraños, la adicción a la comunicación online, son de los riesgos a los que estamos expuestos y que motivaron a Rudy. El director no censura las redes sociales, sino muestra los efectos de sus consecuencias negativas y cómo este tipo de comunicación no debe ignorar los valores éticos.

Fotos: Tomadas de Internet