La Habana, Cuba. – Sara jamás se ha llevado un cigarro a la boca, sin embargo, a sus 37 años de edad, dice que ha fumado toda la vida.

En casa, sus padres y abuelos, y esposo, son chimeneas humanas; en su trabajo se violan constantemente las regulaciones que prohíben fumar en locales cerrados; en las paradas de ómnibus, en las guaguas o en cualquier lugar público hay siempre personas irrespetuosas e inconsecuentes que liberan sin piedad ese humo tóxico que Sara inhala.

Y es que ella se ha convertido, como tantísimos habitantes de este mundo, en una fumadora pasiva que, definido por los especialistas, son aquellas personas que, si bien no fuman voluntariamente, aspiran el humo de los fumadores por mantenerse en contacto con estos.

Se llaman también fumadores involuntarios o de segunda mano.

Humo ambiental del tabaco

Proveniente del cigarrillo encendido, el humo ambiental del tabaco tiene gran componente de sustancias químicas, poitencialmente dañinas para el organismo.

Se afirma que contiene más de 4 mil 700 compuestos, de los cuales más de 60 son cancerígenos, como el benceno, arsénico, cromo y polonio 210, además de otros elementos irritantes, tóxicos y mutagénicos, entre ellos amoniaco, nicotina, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y cianuro de hidrógeno.

Los expertos en el tema ofrecen un dato curioso y que llama a la reflexión: Si una persona que no fuma se encuentra en una habitación cerrada de cuatro por cuatro metros donde hay dos o tres fumadores, al cabo de ocho horas presenta niveles de nicotina similares a los del consumo de más de cinco cigarrillos al día.

Efectos nocivos del tabaquismo

Cualquier nivel de exposición al humo ambiental del tabaco implica riesgo para la salud en quienes no son fumadores.

Incluso, una de cada cinco muertes atribuibles al tabaco es debida al tabaquismo pasivo o involuntario. Este, que es la principal fuente de contaminación del aire en espacios cerrados, se relaciona con el cáncer, enfermedades del corazón y afecciones respiratorias.

El humo ambiental del tabaco incide sobre los niños, pudiendo provocar síndrome de muerte súbita del lactante, disminución de la función pulmonar, asma, infecciones en oídos y otras.

En estos momentos ya se habla del tabaquismo de tercera mano, referido a los residuos de productos tóxicos que los fumadores dejan al tocar paredes, muebles y otros objetos.

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