La Habana, Cuba.- Es elemental ofrecer al pasajero un tratamiento de cortesía y amabilidad, refirió Cándido Ferrer, transportista del sector no estatal que maneja un almendrón desde hace 11 años en La Habana.

Agregó que un compañero que lo alquile puede ser médico, maestro, ingeniero y de cualquier otra profesión que trabaja honestamente y merece nuestra consideración. Puntualizó, Si es médico, quizás mañana me atienda y me salve la vida, y si es maestro pudiera darle clases a mi hijo o nieto, y tengo la seguridad que lo haría con el mayor amor del mundo.

Insistió Cándido Ferrer en que debemos ser recíprocos porque los cubanos somos una gran familia y no hay razón para explotar ni abusar de ningún pasajero durante el viaje. Las personas que llevamos en el almendrón merecen nuestro mayor respeto y consideración, aclaró nuestro entrevistado.

Disciplina y conciencia, binomio del buen transportista

Muchas personas se quejan hoy de que un grupo de choferes del sector no estatal transitan con los vehículos en mal estado, sobre todo en carreras interprovinciales, aseveró Cándido Ferrer, experimentado conductor de vehículo de pasajero.

Ejemplificó que conoce a algunos choferes que han sido sancionados y están bajo proceso en fiscalía por esa violación, que pone en peligro la vida de las personas. Puntualizó que las autoridades del tránsito deben arreciar las medidas contra esas personas irresponsables.

Señaló nuestro entrevistado que no es un secreto para nadie que hay en la capital mayor densidad de tráfico, donde los almendrones ocupan un lugar destacado.

También Cándido Ferrer expresó: Es necesario que se habiliten paradas oficiales para los vehículos que transportan pasajeros, y evitar así la aglomeración en las paradas de ómnibus.