Es elemental ofrecer al pasajero un tratamiento de respeto, cortesía y amabilidad, refiere Cándido Ferrer Ínsula, transportista del sector no estatal que maneja un almendrón desde hace diez años.

Agrega que cualquier compañero que alquile puede ser médico, maestro, ingeniero y de cualquier otra profesión que, como nosotros, trabaja honestamente y merece nuestra máxima consideración.

Si es médico, quizás mañana nos atienda y nos salve la vida, y si es maestro pudiera darle clases a nuestros hijos o nietos, y tenga la seguridad que lo haría con el mayor amor del mundo.

Por eso, insiste Cándido Ferrer, chofer no estatal, debemos ser recíprocos porque los cubanos somos una gran familia y no hay razón para explotar ni abusar de ningún pasajero durante el trayecto.

Disciplina y conciencia: binomio perfecto

Los pasajeros de los autos se quejan hoy de que un grupo de choferes del sector no estatal acorta los viajes para cobrar el doble por el mismo recorrido.

Eso es una inconciencia de ellos, explica Cándido Ferrer, conductor con diez años de experiencia, de un almendrón.

Ejemplifica que conoce a algunos choferes que han sido sancionados por eso, más que violación, delito. Y pregunta ¿a quién perjudican y maltratan? Sencillamente al pueblo, puntualiza.

Nada justifica esa actitud irreverente porque los precios referenciales establecidos hace tiempo se mantienen para el combustible, las piezas y lo que necesita un conductor para mantener su automóvil correctamente.

Aclara que con esas nuevas normas para los transportistas se encamina mejor ese sector.