La Habana, Cuba. – Cerca de 8 millones de cubanos están convocados para concurrir hoy a las urnas. Toca a ellos decidir con su voto si se aprueba el Código de las Familias, que pretende desbrozar caminos hacia una Cuba más justa e inclusiva.

Una norma jurídica derivada de los preceptos establecidos por la Constitución de 2019 y que responde a urgencias de ahora, pero con una importante visión de futuro.

El documento -con rango de Ley- llega avalado por el riguroso desempeño de juristas, sicólogos y otros profesionales, y recoge además los criterios, dudas y recomendaciones derivados del proceso de consulta popular tomados en cuenta para darle cuerpo y sentido al proyecto.

Hablamos de una normativa que defiende la dignidad humana, pues garantiza más derechos, libertades y oportunidades para todos por igual, al tener en cuenta la amplificación del concepto de núcleo familiar.

Respeto y unidad

El Código de las Familias que hoy se somete a referendo es un documento novedoso, sustentado en un pensamiento abierto. Aborda temas sensibles en la sociedad, necesitados aún de una mirada protectora desde el punto de vista de la legalidad.

Consagra el principio de la corresponsabilidad entre la familia, el Estado y la sociedad; precisa derechos y obligaciones.

Responde a principios éticos y sociales, a favor de la igualdad y la protección de los vulnerables. Prioriza los derechos de la infancia, los adolescentes, los adultos mayores, las personas discapacitadas.

Aprueba el matrimonio igualitario, la gestación solidaria, la elección de modelos de convivencia, los cambios en la filiación adoptiva.

El Código de las Familias promueve el amor, la armonía, la convivencia respetuosa, la responsabilidad personal. Da sólidos pasos de avance hacia una sociedad mejor.