La Habana, Cuba.- A las 5:32 minutos de la madrugada, despegó el avión pilotado por Domingo Rosillo para una travesía ilustre en la historia de la aviación: el vuelo Cayo Hueso-La Habana, ejecutado en 2 horas, 30 minutos y registrado récord mundial de distancia.

Era el 17 de mayo de 1913 y estaba en juego el premio de 10 mil pesos que entregaba el Ayuntamiento de La Habana, rivalizado entre Rosillo y Agustín Parlá, quien no voló hasta 2 días después por dificultades técnicas.

Custodiaron la ruta los buques norteamericanos Peoria y Yamalkraw y los cubanos Patria, Hatuey y 24 de Febrero.

Aterrizó en Columbia, hoy Ciudad Libertad, y partió al malecón, donde miles de cubanos le esperaban. Miembro de la organización Pioneros de la Aviación y de la Federación Aeronáutica Internacional, Domingo Rosillo mereció altas distinciones cubanas.

Apuestas

El vuelo Cayo-Hueso-La Habana del aviador Domingo Rosillo del Toro es una de las grandes proezas de la aviación en sus primeros tiempos y fue calificado como asunto de locos o suicidas.

La prensa reflejó el entusiasmo de la población y sazonó la ruta con las ocurrencias sucedidas entre bambalinas, como las apuestas de mil pesos a favor de quien arriesgara por Rosillo o Parlá.

En el desafío entre un cubano y un norteamericano, si este último perdía pagaba con la realización de un picnic que concluiría una atronadora rumba. Otro reto lo establecieron un católico y un protestante; si el católico perdía, leería la Biblia durante 15 días, y si fallaba el protestante, oiría 7 misas de rodillas.

Domingo Rosillo del Toro - EcuRed Domingo Rosillo

Una anécdota trágica fue que en una Casa de Socorro de la ciudad murió un hombre a causa de un infarto provocado por la emoción de que Domingo Rosillo había pisado tierra cubana.