La Habana, Cuba. – La caída en combate del Mayor General Antonio Maceo y su ayudante Panchito Gómez Toro significó un contundente golpe para las fuerzas mambisas porque el Titán de Bronce no solo fue un guerrero excepcional, sino un pensador profundo y consciente de la Revolución.

Por eso Martí lo retrató así: Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo (…) Firme es su pensamiento y armonioso, como las líneas de su cráneo.

La Protesta de Baraguá y la invasión a Occidente, por citar dos ejemplo, lo retratan como magnánimo guerrero y sus hazañas son lecciones de arrojo y maestría en la táctica y estrategia militares.

Con su sangre derramada aquel 7 de diciembre, hace 125 años, se sembró la Revolución que hoy germina y los cubanos defenderemos siempre.