La Habana, Cuba. – “La educación es el único medio de salvarse de la esclavitud”, escribió Martí. Y no se refería solamente a la servidumbre que como ley y con fuerza impone la arbitrariedad del opresor.

Hablaba también de aquella esclavitud, tan sometedora como la otra, que él observó en la sociedad norteamericana. “De leer, escribir y contar no se pasa en la escuela pública –sentenció el Héroe cubano.

Y de la escuela pública, a la faena, al espectáculo del lujo, al deseo de poseerlo, a la vanidad de ostentarlo, a las angustias crueles e innobles de rivalizar con el del vecino. De ese empequeñecimiento es necesario sacar esas almas.

Martí veía cuánta vil y sumisa ligadura se crea en los seres menores cuya necesidad, por imperativo de ignorancia y miseria de espíritu, es la opulencia. De esa miseria salva la cultura.