La Habana, Cuba. – Esta Revolución es la Revolución de nuestro pueblo; es la Revolución de nuestros jóvenes; es la Revolución de nuestros estudiantes; juntos la hicimos; juntos la defendemos; somos la misma cosa y no podemos dejar jamás de serlo, así expresó Fidel en el discurso pronunciado en el año 1991, en ocasión de los aniversarios de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Organización de Pioneros José Martí.
El legado del líder histórico de la Revolución no puede verse separado de los jóvenes, a quienes consideró el futuro de la Patria y prestó especial atención.
Sus ideales se mantienen vigentes en un sistema de Educación gratuito y de calidad, y en la inmensa inversión en temas de enseñanza, pues el Estado cubano destina el 13 por ciento de su Producto Interno Bruto al área de Educación, hecho reconocido por el Banco Mundial y por otros organismos internacionales.
Perpetuar su impronta
La entrega sin límites y la preocupación de Fidel por la formación de las nuevas generaciones, lo convirtió en un ejemplo de líder, símbolo para la juventud cubana.
Fue el Comandante en Jefe, el impulsor de la Campaña Nacional de Alfabetización, para trasladar el conocimiento hasta los lugares más remotos del país y también el que encomendó a los jóvenes el protagonismo de esa hazaña.
Maestros de apenas 18 años llevaron el conocimiento a los más intrincados parajes, haciendo que Cuba se convirtiera en un país libre de analfabetismo.
Fueron esos jóvenes quienes, con la guía de Fidel, labraron el futuro de la Patria. Hoy, la juventud cubana enfrenta nuevos desafíos en la lucha por liberar al país del azote de la Covid-19, y enarbola los ideales del líder de la Revolución cumpliendo el deber de perpetuar la historia patria y las conquistas revolucionarias.