La Habana, Cuba. – Varios días de espera llevaban los pacientes del Consultorio 9, perteneciente al policlínico Vedado, para ponerse el ansiado candidato vacunal Abdala.

Indagaciones en los Consultorios, llamadas al policlínico, averiguaciones con vecinos parecían no acabar para Margot Durrutí, una de las personas beneficiadas de la tercera edad. “Estoy muy feliz –dijo- por fin me vacuné, y ahora me siento más segura, aunque sé que hay que continuar con las medidas de bioseguridad”.

Y es que esta jubilada es vulnerable, no solo por su avanzada edad, sino también porque padece patologías de las que tienen que cuidar cuando por fuerza mayor acude alguna cola en busca de sus alimentos o aseo, pues vive sola.

Igual alegría sienten Caridad y Guillermo, matrimonio que confía en los resultados que están mostrando nuestros candidatos vacunales en la población, como Abdala, con casi un 93 porciento de eficacia.

Con la fuerza de un país

Para los pacientes del Consultorio 9, sito en Línea y 16, la vacunación general que lleva a cabo el Ministerio de Salud Pública es un acto de humanidad que todos debieran apreciar.

Orestes Rodríguez Fundora, directivo de la empresa IMECO, reflexiona sobre la conducta de la población a pesar de las constantes alertas ante el peligro de contagio.

“La vacunación que estamos recibiendo es un privilegio que tenemos que aplaudir porque no todos los países cuentan con un Gobierno preocupado por la salud de todos; pero ello no significa abandonar las medidas de bioseguridad porque aun vacunados está el peligro de contagio”, dijo Rodríguez.

Y agrega: “Tengo 74 años y aún no me jubilo, por mi trabajo estaba deseoso de vacunarme; me siento bien, no tuve reacción alguna; el trato y la organización fueron excelentes; ello resume la fuerza de este país”.