f0029037La Habana, Cuba.- Aunque parezca mentira, el cerrado cerco tendido por Estados Unidos contra Cuba tiene, entre otros objetivos, impedir el acceso de los cubanos a la alimentación.

Durante más de medio siglo, las autoridades han tenido que lidiar con la compleja situación del abastecimiento de productos.

En lejanos mercados en el extranjero ha adquirido buena parte de las mercancías que se distribuyen a la población de manera normada en una cuota segura que llega a todos los hogares del país.

Hay que recordar que en Cuba se reparten cada día más de 11 millones de raciones de pan, por solo citar un ejemplo sencillo.

Como las producciones nacionales no son suficientes, garantizar la presencia en las bodegas de los más primordiales alimentos es casi un caro acto de malabarismo económico que cuesta millones.

Costoso alimento

Desde abril del pasado año a abril último, el bloqueo  ha costado a Cuba, solo en el sector de la alimentación, más de 600 millones de dólares

. El encarecimiento de los precios de las semillas, la necesidad de utilizar intermediarios en terceros países o la obligación de comprar en mercados más distantes, son algunos de los problemas que conspiran contra las arcas estatales.

A eso se suma la necesidad de tener en los almacenes productos para unos tres meses para garantizar el abastecimiento y cubrir las necesidades de las cuotas normadas.

Si buena parte de esos alimentos se pudieran adquirir en Estados Unidos el tiempo de almacenamiento sería de solo dos semanas y dejarían de inmovilizarse mercancías valoradas en millones.

Todos esos inconvenientes demuestran que en el afán de acabar con la Revolución, Estados Unidos no ha dudado en intentar matarnos de hambre.

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