Cuando parecía que los principales recursos se destinarían a enfrentar al nuevo coronavirus, el gasto militar mundial dio un inesperado salto en 2020.

Los esfuerzos ofensivos y defensivos de las grandes potencias significaron un crecimientos del 2,6 por ciento de la inversión militar global. Incluso, subió en un 2,4 el presupuesto destinado a ese sector en relación con el Producto Interno Bruto planetario.

Estados Unidos consolidó su puesto como el país con el mayor gasto militar del mundo, al destinar 778 mil millones de dólares a esa partida.

La astronómica cifra supone que Washington concentra el 39 por ciento del gasto bélico mundial. Y todo eso ha ocurrido cuando el planeta enfrenta una pandemia mortal que cada día se cobra vidas en una verdadera guerra sanitaria.

Una inversión sin sentido

Visto desde cualquier ángulo, es un sinsentido tener una inversión tan gigantesca en materia militar, mientras que se necesitan recursos para salvar vidas y contener la hasta ahora imparable marcha de la pandemia.

Es como si los gobiernos de las grandes potencias le viraran la espalda a la cruenta realidad planetaria y le prestaran más interés a sus necesidades bélicas.

En definitiva es una loca carrera armamentista que se disputa en el escenario mundial de manera paralela con el crecimiento casi exponencial de las victimas del nuevo coronavirus, que se ha llevado más vidas estadounidenses que la Segunda Guerra Mundial y la de Vietnam juntas.

Queda por ver cómo influirá la actual crisis sanitaria en el gasto militar mundial de este año, cuyo crecimiento constante confirma que la Humanidad tiene que enfrentar a otra pandemia.