La Habana, Cuba. – Estados Unidos ha convertido a la emigración desde Cuba en un arma política, que ha sido usada con más o menos vigor por las trece últimas administraciones.

Increíblemente, en ese asunto Donald Trump mantuvo una relación apropiada, a pesar de llevar el bloqueo a límites inimaginables con las más de 240 medidas de recrudecimiento. Durante el mandato del magnate, Cuba y Estados Unidos realizaron seis rondas migratorias, dos Comisiones bilaterales y ocho diálogos de aplicación de la ley.

Además, en 2017 se otorgaron las 20 mil visas para migrantes que establecen los convenios bilaterales. Es decir, hasta ese año hubo un comportamiento adecuado en lo referido al tema migratorio, aunque después todo cambió y con la justificación de los falsos incidentes acústicos cerraron el trabajo consular en La Habana.

Política sin cambio

Durante la contienda electoral, Joe Biden prometió revertir todo lo mal hecho por Trump, pero aquella politiquera promesa de campaña se convirtió en agua y sal.

El actual presidente norteamericano no  ha movido un dedo en relación con Cuba y todavía mantiene inamovibles las medidas impuestas por Trump, incluso aquellas aplicadas en pleno azote de la pandemia.

Como si fuera poco, la Casa Blanca de Biden se negó a relajar las sanciones contra Cuba, que quedó como el único país sobre el que mantuvieron medidas coercitivas en medio del ataque del nuevo coronavirus. Por otro lado, el anunciado inicio del trabajo consular en La Habana desde mediados del pasado año se dilata mes tras mes y parece ser que será solo parcial.

Por eso, visto todo lo que no ha hecho en relación con nuestro país, cabe preguntarse: ¿Es Biden peor que Trump?