La Habana. – Cuba ha seguido bajo las duras medidas aplicadas por la Administración Trump. Para entrar en la Casa Blanca, Joe Biden se cansó de decir que revertiría las decisiones de su predecesor.

Sin embargo, casi nada ha cambiado y nosotros seguimos resistiendo un cerco más apretado con 240 medidas. Como si fuera poco, el actual presidente norteamericano ha ido hasta Naciones Unidas a lanzar añejas críticas contra nuestro país.

Es como si repitiera un viejo guión, que Trump le dejó reescrito, para seguir enturbiando las aguas que nos separan de Estados Unidos.

Biden no ha movido un dedo para mejorar las relaciones con Cuba, como muchos esperaban, y ha hecho oídos sordos a los reclamos, incluso de la comunidad internacional. Ese curso de colisión con Cuba parece permear también a toda la política exterior norteamericana.

Primero América, otra vez

En sus casi 7 meses de gobierno, Biden ha mantenido casi intactas las decisiones de su predecesor Trump, quien llegó a la presidencia con el lema América primero.

Es una impresión que se refuerza por las últimas decisiones de Washington que han dejado colgados de la brocha a muchos de sus aliados.

Y no han sido asuntos de poco monta, porque ahí están la retirada de Afganistán, sin avisar a la OTAN, o el tumbe que le hicieron a Francia de un negocio de 59 mil millones de dólares para construir unos submarinos australianos.

Estados Unidos parece volverse sobre sí mismo en una postura proclamada desde hace 5 años por un magnate reciclado en político. Ese concepto de América primero, como un tenebroso fantasma, sigue agitando hoy el espíritu trumpista en las oficinas de la Casa Blanca.

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