La Habana, Cuba. – El presidente brasileño Jair Bolsonaro, ha pasado a ser un émulo tropical de las ideas políticas de Donald Trump, a pesar de que la popularidad de ambos va en picada. Sin embozo, el trumpismo tiene puesta la mira en Brasil, el país más grande de Latinoamérica, para apoyar una eventual reelección de Bolsonaro el año próximo.

La técnica es la misma que usan en Estados Unidos: sembrar dudas entre los votantes sobre la limpieza del proceso electoral. También agitan un viejo fantasma, al tachar a los rivales de la ultraderecha brasileña como comunistas que quieren destruir al país.

Donald Trump es visto entre la extrema derecha brasileña como una inspiración cuyos esfuerzos por socavar el sistema electoral estadounidense constituyen un estímulo para los partidarios del actual mandatario de Brasil.

Política y economía

Brasil es un punto muy atractivo para el trumpismo, pues es una nación con un gran peso en el escenario mundial, al ser el sexto país más grande del planeta. Además, es la economía dominante de Latinoamérica y tiene unos 212 millones de habitantes, una población mayoritariamente cristiana que ha girado a la derecha.

Por eso es que Brasil es una apetecible oportunidad económica, con abundantes recursos naturales que se han hecho más accesibles luego de las desregulaciones del gobierno de Bolsonaro.

Muchas empresas norteamericanas se han beneficiado de ese retroceso en las normativas económicas impulsadas por un seguidor confeso de Trump. Y es que la retórica, pero sobre todo las actitudes políticas, han convertido a Jair Bolsonaro  en el recluta más aventajado del trumpismo.