Venezuela es blanco de los ataques imperiales

La Habana, Cuba. – Es evidente que los hilos del hegemonismo norteamericano, en contubernio con la derecha local, están activos en América Latina, muy especialmente en el intento de borrar a las administraciones progresistas y el movimiento popular generados en la zona en los últimos lustros.

Es una urgencia estratégica en instantes en que los círculos imperiales enfrentan retrocesos en muchos sentidos a partir de una combinación de su inefectividad económica, aparición y desarrollo de importantes y pujantes actores internacionales identificados con el multilateralismo, y un nivel de lucha superior entre los pueblos del orbe.

América Latina y el Caribe, el traspatio natural de los poderosos del Norte, cobra ahora una importancia mucho más relevante en el empeño de tales grupos de no perder la batalla.

Zarpazos y hostilidad

Y en ese programa destinado a subvertir la marcha de la historia, se suman los cambios políticos en Argentina y Brasil, los sucesivos intentos de desbancar a la Revolución Bolivariana en Venezuela, los frontales ataques contra la normalización de vínculos con Cuba y la prolongación de la política de bloqueo contra la Mayor de las Antillas, la más ajustada concertación con los actores regionales apegados al derechismo oligárquico, y la reciente implementación contra Nicaragua de acciones que la priven de los créditos financieros de organismos donde los Estados Unidos posee aún influencia.

En pocas palabras, un accionar ultra conservador y dañino que pretende devolver a América Latina y el Caribe al papel de eternos segundones de un imperio hemisférico en apuros.