Dicen que desde la Sierra Maestra, Fidel te acogió como una hermana al ver tu audacia y ternura, junto a ese don de presumir para realzar tu belleza natural.

vNo por gusto naciste en la Cuna de la Revolución y te forjaste bajo la sensibilidad humana, esa que te condujo a luchar por la justicia y el bienestar de tu pueblo, junto a Raúl, ese novio eterno que te acompañó y comprendió ante las fuerzas de tus ideas.

Fuiste seguidora de Mariana Grajales, amiga de Celia Sánchez, Haydée Santamaría, Melva Hernández y de otras heroínas, quienes también te enseñaron a luchar por la emancipación de la mujer, sometida a una cruel explotación antes del triunfo de enero.

Vilma Espín Guillois, te convertiste en la más ferviente defensora de los derechos de las mujeres cubanas, esas que este ocho de marzo te rinden especial homenaje por tu sencillez, dulzura y defensa a la plena igualdad de nuestras compañeras.

Desde tus luchas en la clandestinidad, te percataste de la necesidad de crear la Federación de Mujeres Cubanas, organización que fundaste y constituye hoy una fuerza poderosa de la Revolución.

Te convertiste en Heroína de la República de Cuba y no fue casual, tu impresionante trayectoria revolucionaria y tu lealtad a Fidel te hicieron reforzar tu serenidad y dulzura, valores que conservas para las nuevas generaciones de cubanos.

No alcanzan las palabras para agradecerte Vilma Espín, por eso este ocho de marzo en el Mausoleo del II Frente, donde descansan tus cenizas, se te rinde homenaje, al igual que en toda Cuba, donde se te honra por tus virtudes.

Tu voz dulce, firme y oportuna sigue presente e inspira a nuestras mujeres, que no olvidan que las dignificaste para siempre, por eso Fidel nos recordó en una de sus reflexiones que tu ejemplo es hoy más necesario que nunca.

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