Antonio Maceo se reunió en Mangos de Baraguá con el general español Martínez Campos y expresó su decisión de seguir la guerra hasta lograr la verdadera independencia

Tras el llamado de Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio La Demajagua, se desarrollaba la Primera Guerra de Independencia.

Pero tras la muerte en combate de Ignacio Agramonte en 1873 y la de Céspedes un año después, la insurrección empezó a sufrir sus primeros grandes reveses, y España ofreció una supuesta paz en el llamado Pacto del Zanjón.

En gesto rebelde y viril, Antonio Maceo se reunió en Mangos de Baraguá con el general español Martínez Campos y expresó su decisión de seguir la guerra hasta lograr la verdadera independencia y abolición de la esclavitud.

Era el 15 de marzo de 1878 cuando se produce lo que se conoce como la Protesta de Baraguá, donde el Titán de Bronce mostró su rebeldía en pos de la libertad de los cubanos y su amor a la Patria.

 Banderas que no serán arriadas

Sobre esa gloriosa página de nuestra historia que es la Protesta de Baraguá, dijo el Comandante en Jefe Fidel Castro en la velada conmemorativa por los 100 años de lucha, en octubre de 1968:”Nuestra Revolución, con su estilo, con sus características esenciales, tiene raíces muy profundas en la historia de nuestra Patria”.

Luego destacó: “Esas banderas que ondearon en Yara, en La Demajagua, en Baire, en Baraguá, en Guáimaro, esas banderas que presidieron el acto sublime de libertar de la esclavitud, esas banderas que han presidido la historia revolucionaria de nuestro país, no serán jamás arriadas, esas banderas y lo que ellas representan serán defendidas por nuestro pueblo hasta la última gota de sangre”.