La Habana, Cuba. – Desde su nacimiento, Panchito Gómez Toro, hijo del Generalísimo, estuvo rodeado de peligros y creció en medio del sacrificio de su familia, incorporada a la Guerra de los Diez años, asevera el historiador Abelardo Padrón.

Su permanencia al lado de la familia de Antonio Maceo y María Cabrales en varios viajes al extranjero hace que sufra discriminación racial al relacionarlo como sobrino o nieto del Titán de Bronce.

Explica Abelardo Padrón, el más avezado estudioso de los generales mambises, que Panchito Gómez Toro, en Santo Domingo y con 13 años de edad, se relacionó con José Martí de forma entrañable y familiar.

Gran respeto y admiración profesaba Panchito por El Apóstol, y con el decursar del tiempo fue secretario y consejero del poeta en sus viajes por centros de exiliados por Centroamérica y Estados Unidos.

Baluarte de entrega a la Patria

En Costa Rica se reencuentran Maceo y Panchito y se engrandece la relación entre el experimentado general y el joven patriota.

Así, puntualiza el historiador Abelardo Padrón, se convirtió en su ayudante y en Cuba participaron juntos en importantes combates contra las fuerzas españolas, en los cuales Panchito demostró sus habilidades en la lucha.

Aquel 7 de diciembre, hace 125 años, en que cae en combate el General Antonio Maceo, el joven Panchito Gómez Toro se inmola junto a su más ejemplar maestro y amigo querido.

Fue paradigma de la juventud y baluarte de consagración a la Patria. Sobre Panchito escribió Martí: Él sobresale por su discreción y ternura, no creo haber tenido nunca a mi lado, criatura de menos imperfecciones, su corazón tan pegado al mío que lo siento nacido de mí.