La Habana, Cuba. – Cuando el general Donato Mármol Tamayo, entre los insignes fundadores de la Patria, juzgó creadas las condiciones para la invasión a Guantánamo, enfermó de viruela y apresuró la concentración de sus fuerzas.

Falleció el 26 de junio de 1870, en la finca San Felipe, Palma Soriano; lo vencieron la escasez de medicamentos, los rigores de la intemperie y el agua contaminada que le hicieron subir fiebres y perder el conocimiento.

Principal líder de la jurisdicción de Jiguaní, fue de los hombres primeros de Carlos Manuel de Céspedes, cuando el 13 de octubre del 68 se alzó en la finca Santa Teresa con un centenar de patriotas; en Santa Rita y Baire tuvo sus primeros triunfos.

De fidelidad total al Padre de la Patria, Donato Mármol escribió: “Es para mí la gran figura de la revolución, su representante y jefe del gobierno provisional”.

Jefe de grandes

Bajo las órdenes del general Donato Mármol Tamayo pelearon, en los inicios de la guerra independentista, futuros titanes como Máximo Gómez, Antonio y José Maceo, Calixto García, Flor Crombet y Guillermón Moncada.

Jefe de la División de Cuba, poseía una innata habilidad para la organización militar y su prestigio como líder hizo de esa unidad una de las más temidas por las fuerzas españolas.

La publicación independentista El Porvenir, editada en la emigración durante la Guerra de los Diez Años, da fe de que ningún otro cubano, aparte de Carlos Manuel de Céspedes y Francisco Vicente Aguilera, hizo más por el estallido de la Guerra del 68 que Donato Mármol.

El patriota, muerto a los 27 años, expresó: “La justicia de nuestra causa nos alienta” y más adelante afirmó que no desmayarían mientras un soldado español los estuviera insultando con su presencia.