La Habana, Cuba. – Este tercer domingo de julio transita por ribetes especiales. La celebración del Día de los Niños, ya se sabe, no pasará por alto.

Obviamente, el jolgorio infantil coincide con el verano y con la proximidad de La Habana a otras fases de su anhelada recuperación, que disfruta ya el resto del país. Días consagrados a los niños son celebrados en todo el mundo a petición de las Naciones Unidas, que estableció una fecha cualquiera del calendario para honrarlos y agasajarlos.

En Cuba, la jornada escogida fue el tercer domingo de julio, éste que ya celebran a su manera sus destinatarios, como dueños inestimables de su festividad.

La fiesta justifica la alegre y divertida presencia infantil y de la familia en parques, zoológicos, aéreas deportivas, campismo, playas, ya en pleno disfrute de la fiesta estival.

Coincidencias felices

La entrada de La Habana en la primera fase recuperativa coincide con la etapa vacacional y la fiesta de los niños, siempre muy esperada por la grey infantil.

Razones éstas íntimamente ligadas, pues el retorno a la nueva normalidad, aunque resulte una cotidianidad diferente, determina el redoble de las acciones preventivas y la aplicación de las medidas correspondientes a cada fase y su gradualidad.

Distracciones sanas y paseos con la familia alborotan los corazones de los niños y adolescentes este domingo suyo, máxime cuando han tenido que posponer paseos, cumpleaños y juegos colectivos porque la pandemia de la Covid-19 los ha obligado a quedarse en casa.

Pero como la apertura no significa confiar, no puede olvidarse el distanciamiento apropiado, uso del nasobuco y el lavado constante de las manos.

Bienestar y cuidados

Como siempre, para este lindo Día de los Niños hay programaciones especiales en la tele, preparados para la ocasión, además de muchos otros divertimentos que regocijen a los infantes tras meses de inactividad física y reclusión en casa para su mejor protección.

De hecho, hay que seguir velando por esta infancia nuestra que tan disciplinada y consciente se portó desde que llegó el coronavirus.

Ahora, que la familia también se recupera del estrés de estos meses de pandemia y apura las vacaciones, mantener a raya a ese enemigo aún no derrotado exige el estricto cumplimiento de las restricciones y normativas sanitarias que eviten rebrotes indeseados y que los niños disfruten de su día y de todo el verano.

Están de vacaciones, es su  fecha y no hay límites para la felicidad y sí para el cuidado y el compromiso con el que encarar la nueva realidad.