La Habana. – Cuba enfrenta una situación epidemiológica en la que el dengue sigue teniendo incidencia, de ahí el énfasis en las medidas para enfrentar la problemática.

La educación de la población continúa siendo puntal en esta batalla, pues hay que tomar conciencia de que el combate contra el Aedes aegypti, trasmisor de la enfermedad, es por el bien social e individual.

Es necesario interiorizar que la única forma de prevenir el dengue es mediante el control del vector. Aun por harto dicho, es provechoso repetir que, entre otras medidas, hay que poner boca abajo las botellas y pomos vacíos y perforar las latas, mantener tapados los depósitos de agua, limpiar los sitios donde hay basura, destruir los cascarones de huevos y tapar los huecos donde puedan detenerse las aguas y formar criaderos.

Todas esas acciones son simples, no implican recursos y ayudan al control del Aedes aegypti.

Gran atacador

El Aedes aegypti es portador del dengue después de haberse alimentado con sangre de una persona infectada con el virus, y todo el que es picado por un mosquito contaminado puede desarrollar la enfermedad.

Este insecto tiene mayor actividad 2 horas después de la puesta de Sol y varias horas antes del amanecer, y su capacidad de vuelo supera los 100 metros. El Aedes aegypti puede producir un gran número de enfermos, pues tiene una alta tasa de ataque, en específico donde logra densidades elevadas.

El dengue, que no se transmite de una persona a otra, puede concomitar con catarro, amigdalitis y otras afecciones que enmascaran la presencia del virus, pues provocan síntomas similares como malestar general, dolores articulares y musculares,  y fiebre.

El dengue solo tiene tratamiento sintomático con analgésico, y está contraindicada la aspirina por el riesgo de hemorragias.

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