La Habana, Cuba. – Decía el sabio cubano Fernando Ortiz que la cultura cubana es un ajiaco, pues se nutre de una combinación de América, África y Europa. Considerada escudo y espada de la nación, sus valores culturales y espirituales están incorporados a la identidad nacional.

Por eso, cada 20 de octubre, celebramos la jornada que honra a la cultura cubana y la Fiesta de la nacionalidad. Bayamo, la Ciudad Monumento se reencuentra con una de sus más hermosas tradiciones, aquella que nació hace 154 años, cuando se entonó por primera vez la marcha guerrera devenida Himno Nacional.

Fecha que tras el triunfo de la Revolución fue instituida como Día de la  Cultura Cubana, como símbolo de una nacionalidad surgida entre fusiles, cantos y machete, en pleno fragor del combate.

Simiente de rebeldía

La ciudad cuna de la revolución iniciada en Yara, es marco idóneo para acercarnos a las múltiples riquezas históricas, patrióticas y culturales que atesora y que tiene en Espejo de paciencia, la expresión literaria más antigua de Cuba.

La fecha es considerada como la que marca definitivamente el nacimiento de una nación rebelde y de su identidad.

Ese día del año 1868, el pueblo cubano entonó por primera vez el Himno Nacional, La Bayamesa, como se le llamó entonces, cuando tropas mambisas al mando de Carlos Manuel de Céspedes liberaron a esa ciudad, a  solo DIEZ días del alzamiento en La Demajagua.

Un Bayamo insurrecto tarareaba la marcha guerrera salida de la pluma patriótica de Perucho Figueredo e instrumentada por el maestro y director de orquesta, Manuel Cedeño.

Nuestras razones

Allí, en ese escenario abarcador de un acervo que rinde honor a los fundadores, el Himno llamando al combate a los bayameses, fue diana inspiradora para la lucha.

Una lucha ardua que Cuba hizo suya y en la que la voluntad de sentir nuestra identidad devino aspiración de libertad, sedimentando en los hombres y mujeres de este pueblo el concepto de cubanía, de nacionalidad surgido a la par de las contiendas independentistas.

Por unos días, estaremos atrapados por el arte, pues plazas, museos, galerías, parques e instituciones culturales darán aliento y crecimiento espiritual a la jornada por la Cultura Cubana y a los homenajes que rigen cada año.

En momentos en que están en juego los valores que nos acunaron, y crecidos en una vocación patriótica y humanística, patria, cultura e identidad devienen espada y escudo para nuestras razones.

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