Guáimaro fue el inicio, al que siguieron las constituciones mambisas de Baraguá (1878), Jimaguayú (1895) y La Yaya (1897), las cuales crearon una tradición innegable en la nación cubana que pugnaba por crear su Estado independiente, en lo que se inscribe el tratamiento de igualdad a los ciudadanos, dentro de un concepto republicano bajo criterios liberales, fundamentalmente. Esta plasmación, por otra parte, estaba condicionada por la época, especialmente por las circunstancias de guerra interna y las concepciones predominantes en lo que se veía como el mundo moderno, frente a las normativas coloniales españolas. El trabajo completo en este enlace.