La radio es esencial para defender el idioma español

La Habana, Cuba. – A pesar de su dominio de la lengua inglesa, -en la que escribió artículos y pronunció discursos, de la cual tradujo al español y en la que vivió activamente durante su permanencia en Estados Unidos-, la obra de José Martí no es un muestrario de anglicismos.

Sin embargo, hoy los inmigrantes hispanos en aquel país, y sobre todo sus descendientes, suelen comunicarse con una fusión de español e inglés que llaman spanglish, según la cual el gerundio de llover es reinando.

Si hasta hace poco la insularidad geográfica y la hostilidad de Washington nos libraban de esas deformaciones que la globalización trajo a los idiomas, hoy se reproducen en nuestros medios informativos los anglicismos que llegan a Cuba por distintas vías.

Aunque es inevitable el intercambio entre lenguas cada vez más cercanas, deberíamos imitar a Martí en la preservación de los linderos.

Los medios divulgadores

Ya es habitual en nuestros medios informativos, para hablar del lugar que ocupa un deportista en su especialidad a nivel internacional, emplear el anglicismo ranking, y hasta castellanizarlo formando el verbo rankear y el adjetivo rankeado, que muchos interpretan mal como “fogueado, experimentado, curtido”.

En español, para expresar la misma idea que se quiere decir con la palabra inglesa ranking, existen los vocablos orden, clasificación, jerarquía, categoría … En el cine, el teatro y la televisión, a la elección del reparto llaman casting, aunque pudiera decirse simplemente selección, y para indicar los índices de audiencia de un programa radial o televisivo usan otro anglicismo: réiting, aunque bastaría justamente con el vocablo audiencia.

Cambiando las apariencias

En inglés, la palabra pul designa, entre otras cosas, a un grupo de reporteros, y en los medios de habla española se ha expandido el concepto pul de noticias para referirse a un acuerdo entre agencias noticiosas, lo que podría expresarse con el término alianza.

Del mismo modo, entre comentaristas de temas políticos en Cuba se generaliza el uso de lobby y el derivado castellano lobista para designar la actividad de quienes tratan de influenciar en políticos y legisladores, lo que queda bien expresado en español con el sustantivo cabildeo, el verbo cabildear y el adjetivo cabildero.

Tal parece que quienes se desviven por usar anglicismos quieren lucir otro luks, que es la palabreja con que modistos, peluqueros y gente de farándula se refieren a la apariencia de las personas.