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Granma, Cuba. – Tanto en el altiplano como en las tierras bajas de Guatemala, mucho se habla del carisma y profesionalidad de los “doctores de Fidel”, como gustan decir los lugareños.

Como parte del programa de cooperación médica internacional de Cuba, en esa Nación ha prestado servicios en 2 ocasiones el cirujano-oftalmólogo Iraldo Arévalo Chávez, quien confiesa sentir que la belleza rural del país le recuerda a su tierra natal en la Sierra Maestra.

El galeno granmense elogia la trascendencia del servicio sanitario que prestan los médicos cubanos en Guatemala, muchos de los cuales se desempeñan en lugares apartados y de difícil acceso.

Allí, entre poblaciones indígenas, un doctor es el Alma de la comunidad, asevera este experto, cuya destreza ha devuelto la vista a millares de personas.

Salud para los necesitados

Por sus firmes manos y su capacidad intelectual, muchos pacientes guatemaltecos con pérdida de visión prefieren la atención del oftalmólogo cubano Iraldo Arévalo Chávez.

Lo señala con profunda alegría la licenciada en optometría y óptica Yaneikis González Serrano, pero también otros especialistas granmenses que han estado a su lado en brigadas médicas en Bahamas, Guinea Ecuatorial o el lomerío cubano.

Los médicos han logrado forjar lazos de hermandad aquí, por su papel vital para mejorar la salud y el bienestar de los más desposeídos, destaca Arévalo Chávez, también un apasionado de las motos y el humor.

Y como él, más de 23 mil doctores cubanos ofrecen en estos momentos sus servicios en 53 países todo el planeta, en geografías disímiles y retadoras.