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La Habana, Cuba.- Ha sido difícil para los entendidos en antologías ordenar la poesía de Nieves Xenes, pues ella no conservaba los manuscritos ni nada de lo suyo que se publicaba.

Considerada una de las exponentes femeninas de la literatura cubana de la época colonial, se dice que Nieves Xenes era una mujer desbordante de sentimientos profundos, que amó hondamente un ideal que en sí misma ratificaba y fortalecía, y si no lo alcanzó, al menos le sonrío y le lloró en sus versos, caracterizados por la suavidad.

Nieves Xenes nació el 5 de agosto de 1859, en una finca de las inmediaciones del poblado de Quivicán. Contaba 19 años cuando, después de una larga estancia en otra propiedad campestre de sus padres, la familia decidió establecerse en la capital del país.

Presente el amor a la Patria

Aurelia del Castillo, otra poetisa de aquellos tiempos, quien sintió por Nieves Xenes gran admiración, se preguntaba si el amor que proclamaban los versos de la Xenes se inspiraban en una persona real. Y agregaba, que Nieves los calificaba de “ideas prácticas, y nada más”.

Autora de poemas como La Felicidad, A un árbol, Los celos, Nocturno y Al pueblo de Cuba, entre otros, en sus poemas estuvo presente siempre el amor a la patria y su adhesión a la lucha independentista.

Nieves Xenes ganó en no pocos certámenes literarios y publicó sus composiciones en revistas como El Fígaro y La Habana Elegante.

Poco antes de morir, el 8 de julio de 1915, había sido aceptada como miembro de la Academia de Artes y Letras, que recogió casi toda su producción literaria.