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La Habana, Cuba. – Este fin de semana Danza Contemporánea se presentó en la sala Avellaneda del teatro Nacional de Cuba con el espectáculo Carmina Burana, una obra que ha granjeado a esta Compañía con importantes premios y el reconocimiento del público cubano e internacional.

Según el programa que se entregó, escrito por Jorge Brooks Gremps, plantea que esta obra conjuntamente con la novena sinfonía de Ludwig von Beethoven son las más populares del repertorio sinfónico universal. fue escrita en 1937 por el músico alemán Carl Orff. Según algunos es una cantata dramática, para otros, un oratorio escénico; su autor dijo que es un conjunto de “canciones profanas para ser cantadas por cantantes y coros con acompañamiento de instrumentos e imágenes”. Un verdadero espectáculo multimedios que la tecnología actual facilita.

La puesta en escena seduce, su belleza es convulsiva y necesaria, tiene fines pasionales, excluyentes de cualquier monotonía, su ritmo enaltece la variedad del conjunto, acorde a la característica mas importante de Carmina Burana. El lenguaje escénico, articulado en varios niveles, tiene como ultimo referente la unidad plural de futuro, pasado y presente de la música, el vestuario, la escenografía y la danza.

El original Carmina Burana es una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se han conservado en un único códice, que fue encontrado en 1803 por Johann Christoph von Aretin, publicista, historiador, bibliotecario y abogado alemán, en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Abadía de Benediktbeuern), en Baviera, Alemania; en el transcurso de la secularización, llegaron a la Biblioteca Estatal de Baviera, en Múnich, donde se conservan. Johann Andreas Schmeller, lingüista y germanista alemán, fue quien dio el título Carmina Burana al conjunto de manuscritos, y el jurista alemán Michel Hofmann, director de los Archivos Estatales de Würzburgo, ayudó a Carl Orff a elegir 24 canciones. El códice recoge un total de 300 rimas, escritas en su mayoría en latín, algunas partes en un dialecto del alto alemán medio, y del francés antiguo. Se considera que fueron escritos hacia 1230, posiblemente en la abadía benedictina de Seckau o en el convento de Neustift, ambos en Austria.

Los autores fueron estudiantes y clérigos de la época en que el latín era la lingua franca en toda Italia y en el occidente de Europa para los académicos viajeros, para las universidades y para los teólogos. La mayor parte de los poemas y canciones parecen ser obra de los goliardos, clérigos que satirizaban a la iglesia católica. En los poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales, por el amor carnal y por el goce de la naturaleza, y con su crítica satírica a los estamentos sociales y eclesiásticos, dando una visión contrapuesta a la que se desarrolló en los siglos XVIII y segunda parte del XIX acerca de la Edad Media como una “época oscura”, realmente nuestros antepasados sabían divertirse.

La importancia de esa serie de textos medievales es que sencillamente es la más grande y antigua colección de versos de carácter laico del medievo.

Les aseguro que, por muchas veces que hayan escuchado esos acordes, después de apreciar el movimiento escénico de los bailarines de Danza Contemporánea, la obra ganará para ustedes una nueva dimensión. Ah y recuerden que, si me ven por ahí, me saludan.

Fotos y Video: Carlos del Porto