Carlos del Porto Blanco
La música es amor buscando palabras. Joni Mitchell
El viernes 22 de noviembre la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba abrió sus puertas a la familia López Gavilán -García.
El concierto familiar “De todos los colores y también sinfónico” se conformó con obras sinfónicas de Aldo López -Gavilán. La base fue la Orquesta de Cámara de La Habana dirigida por Daiana García y un grupo de inviados, familiares todos.
Daiana como anfitriona dio la bienvenida al público y guio todo el espectáculo comentando cada obra y las circunstancias en las que se creó lo que brindo un toque muy humano y familiar al espectáculo. El patriarca de la familia Guido López – Gavilán no pudo asistir por estar cumpliendo compromisos de trabajo en el exterior, pero dejó escrito en el programa de mano, que Daiana leyó, un prólogo para el concierto, donde explico de una manera muy amena, como se ha ido conformando y creciendo ese árbol de la música cubana-
El programa se inició con el clarinetista Coqui Calzadilla (sobrino de Daiana) que interpretó el Concierto para clarinete y orquesta (2023); a continuación, las gemelas Andrea y Adriana López – Gavilán García ofrecieron a cuatro manos en el piano la obra “Luciérnagas” (2008) compuesta por su padre cuando Daiana estaba embarazada. La tercera obra fue “En el ocaso de la hormiga y el elefante”, con música de Aldo López -Gavilán y textos de su padre Guido. Esta pieza fue interpretada por Rodrigo García Ameneiro (sobrino de Daiana) en el piano, Tania Haase (esposa de Rodrigo) en el violín y narrado por Rochy Ameneiro (madre de Rodrigo).
Para cerrar se escogió el Concierto Emporium para piano y orquesta (2017), estreno en Cuba, con su autor, Aldo López – Gavilán, al piano. Cuyo primer movimiento fue el regalo de Aldo a las gemelas en su octavo cumpleaños. La obra ganó una prolongada ovación del público presente.
Un hermoso concierto, de altísima calidad, que ojalá se pueda disfrutar en otras ciudades del país, sobre todo en estos momentos cuando es más válida que nunca la máxima de “la cultura salva”.