La Habana, cuba.- Con una función del espectáculo La magia de la danza a teatro lleno, en el Auditorio San Lorenzo de El Escorial, en Madrid, el Ballet Nacional de Cuba concluyó su temporada en España.
Al finalizar la gala de despedida, su directora Alicia Alonso saludó al frente de la compañía y recibió una resonante ovación del público, que además repetía su nombre, desde su salida a escena junto a los bailarines Dani Hernández y Rafael Quenedit.
La gira de verano del Ballet Nacional de Cuba proseguirá con presentaciones de La magia de la danza en las ciudades italianas de Rávena y Turín, y a continuación viajará a Francia.
En París iniciará sus actuaciones en la sala Pleyel con una función de gala el 6 de julio, y la temporada continuará con seis funciones de esa joya del ballet romántico que es Giselle y siete de Don Quijote, dos títulos emblemáticos en el repertorio de la compañía.
Colaborador Danzarío (Crítica española sobra La Magia de la danza )
Cuba, sin la menor duda, es un país maravilloso, su gente es diáfana, cálida y sencilla, algo que en la actualidad no existe en un sin número de países, inclusive, por ricos y poderosos que sean, a esto, le sumamos que posee talentos extraordinarios y una diadema de estrellas de ballet impresionante. La Magia de la danza, que en este momento se exhibe en el teatro Tivoli de la ciudad de Barcelona, lo demuestra con creces, es evidente que con cada una de las actuaciones de esta emblemática compañía, que permanece entre las mejores del Mundo, logra que se respire una atmósfera única y especial que hechiza a cualquier espectador por exigente que sea, por supuesto, me refiero al portentoso, admirable y excepcional Ballet Nacional de Cuba.
Asistí a una de funciones y como ya es habitual permanecí extasiado, ya con anterioridad conocía esté espectáculo, elaborado con muchísima Magia, extraordinaria fantasía y nutrido ensueño, el cual consiste en seis pas de deux del más puro clasicismo, algo de la era romántica, y a manera de pincelada, una divertida coreografía de Alicia Alonso. Lo primero en aparecer fue una escena del ballet Giselle, segundo acto, en está ocasión los roles protagónicos fueron encarnados por una de sus valiosas estrellas, la archiconocida Viengsay valdés y un notable Patricio Revé, en ella destaca su coherencia y fuerza, sin descuidar ni un instante los requerimientos técnicos del personaje, su rostro trasmitía un lánguido sufrimiento, la misma intensidad dramática la demostró ya casi al final de la representación, cuando le tocó interpretar a la sensible Odette de El lago de los Cisnes, con un excelente resultado, no podemos dejar pasar por alto a Ernesto Díaz y Ginett Moncho asumiendo personajes en Giselle, sobre todo él, completamente convincente en su papel de hombre atrapado rumbo a la muerte, no obstante, lo más impresionante fue el cuerpo de baile femenino, es sorprendente la homogeneidad conseguida, es perfecta, creo en la actualidad no existe otro igual en ninguna de las diferentes versiones de las compañías existentes por el orbe. Seguidamente, irrumpió La Bella Durmiente del Bosque, está vez la princesa Aurora llegó en las puntas de Sadaise Arencibia, papel ideal para esa bella bailarina, princesa por excelencia, su danza trascurrió solemne, ayudada con un tiempo musical muy adecuado a su refinada apariencia, escoltada de un muy joven Raúl Abreu, en cada instante noble enamorado y atento. Para concluir la primera parte o primer acto, le correspondió la entrada al pas de deux del segundo acto del ballet Cascanueces, obviamente, lo más aplaudido de la noche, bailado con excelsitud por los primeros bailarines del Ballet nacional de Cuba Anette Delgado Y Dani Hernández, a ella, desde que tuve la oportunidad de verla por primera vez en la ciudad de Londres, la he observado con minuciosidad, no solo como especialista, también como devoto admirador de su esplendente y magnífico arte, baila con cada uno de las cantos que emergen de su bella armonía, lejos de excesos técnicos, que los posee en demasía, fluye y usa su extraordinaria técnica de manera fenomenal, lo acaba de demostrar al interpretar de manera soberbia el Hada Garapiñada de la mencionada obra, es sencillamente una bailarina insuperable y excepcional, su pareja, Hernández, no quedó atrás, primoroso, varonil y grácil a más no poder, ambos recibieron la dádiva mayor a que puede aspirar un artista, la recompensa de una ovación atronadora unida a bravos encendidos, esto fusionado al cuerpo de baile y algunas formidables solistas, quienes danzaron con gracia y suavidad el Vals de las Flores.
La segunda parte, comenzó con la suite del tercer acto de esa joya que es el ballet Coppélia, Grettel Morejón, tuvo a su haber bailar dos papeles en una misma noche, al también iterpretar la Kitri de Don Quijote, junto a Rafael Quenedit, ella es la más joven de la dinastía de primeras bailarinas de dicha compañía, en ambos roles se comportó fresca, radiante y juvenil, igualmente, venció todas las dificultades técnicas y artísticas con garbo y extrema bravura escénica, obteniendo magníficos resultados, ha sido muy buena elección el otorgarle semejante responsabilidad pues posee potencial de estrella y el tiempo lo corroborará, en cuanto a su pareja Rafael Quenedit, sí mi experiencia no me traiciona, en breve se hablará mucho sobre él, es brillante y puede aún convertirse en algo mayor en muy corto plazo, es justo mencionar a Chanell Cabrera y Yanquiel Váquez, uno y otro estupendos en su totalidad. La representación concluyó con el divertimento coreografiado por la diva Alicia Alonso homenajeando la música de Louis Moreau Cottschalk, donde se unen a modo de festejo y alegría todos los bailarines principales junto al cuerpo de ballet, culminando con fuertes aplausos más que merecidos (T.D.S)