Reseña del libro “Breve historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros” de Stephen Hawking

La Habana, Cuba. – Pronunciar el nombre de Stephen W. Hawking es sinónimo de una inteligencia superior y una voluntad de acero; un ser humano que supo colocarse en los primeros planos de la ciencia mundial pese a estar aquejado de una grabe enfermedad durante la mayor parte de su vida. A una obra suya está dedicada esta entrega, quizás la más famosa, “Breve historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros”, publicada en 1988, la cual se inscribió en el libro Guiness de los Récords por estar en la lista de los más vendidos durante 237 semanas.

La idea del libro surge a comienzos de los años 80 del siglo XX, debido a que el autor consideró que ninguno de los títulos existentes daba una respuesta satisfactoria a preguntas como: ¿De dónde viene el Universo? ¿Cómo y por qué empezó? ¿Tendrá un final? Y en caso de una respuesta afirmativa, ¿Cómo será?

El libro marcó un antes y un después en la divulgación científica. Hawking decía que decidió escribirlo –a pesar de que apenas podía transmitir 15 palabras por minuto a través de la computadora- porque quería compartir “los descubrimientos realizados sobre el universo”, con “el público que pagó la investigación”. Su objetivoal hacerlo tan accesible era que se vendiera hasta en los aeropuertos, y lo consiguió.

Uno de los grandes logros de Hawking en este volumen fue hablar de la ciencia en un lenguaje que fuese entendible por todos. En los Agradecimientos del libro expresa “… la ciencia moderna se ha hecho tan técnica que solo un pequeño número de especialistas son capaces de dominar las matemáticas utilizadas en su descripción. A pesar de ello, las ideas básicas acerca del origen y el destino del Universo pueden ser enunciadas sin matemáticas, de tal manera que las personas sin una educación científica las puedan entender…”

Posteriormente expresa “… Alguien me dijo que cada ecuación que incluyera en el libro reduciría las ventas a la mitad. Por consiguiente, decidí no poner ninguna en absoluto. Al final, sin embargo, sí que incluí una ecuación, la famosa ecuación de Einstein E=MC2. Espero que esto no asuste a la mitad de mis potenciales lectores”.

El libro tuvo la dicha de contar con una introducción de lujo, a cargo del astrofísico estadounidense Carl Sagan; en ella éste dijo: “en este libro hay revelaciones lúcidas sobre las fronteras de la física, la astronomía, la cosmología y el valor”.

En tiempos en que la pseudociencia gana terreno, tener la posibilidad de leer libros como este, es una dicha para cualquier persona que desee aprender y conocer.