Por: Carlos del Porto Blanco
La poesía es el arte de pintar con palabras. Gustave Flaubert
Hoy voy a comentar un género literario del que habitualmente no escribo, me refiero a la poesía. Por azares del destino llegó a mi terminal móvil el poemario Autofagia, de Yahumila Hidalgo Ceruto, quien es bioquímica de profesión y realmente ese fue el detonante, para detener otras lecturas por un rato leer este volumen. El disfrutar la convergencia de dos profesiones aparentemente separadas en el imaginario popular, en un libro.
Yahumila Hidalgo Ceruto es una escritora, editora y periodista habanera, que incursiona en la narrativa y poesía. La autora es licenciada en Bioquímica en la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana; diplomada en Periodismo en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí y graduada del curso de técnicas narrativas del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Esa formación “poliédrica” permite a la autora escribir textos, tengan un “sabor” diferente a lo habitual. Su formación en las ciencias de la vida, le otorga un aderezo especial a lo que escribe. Entre sus publicaciones se encuentran: Autofagia, el cuento Tiempo de Máquina, publicado en revista El Cuentero, número. 13 y los minicuentos La Rueca y Patología publicado en Isliada, Web de Literatura Cubana Contemporánea.
El poemario Autofagia se publicó por Cubaliteraria en el año 2023 En el prólogo, escrito por Amilkar Feria Flores, éste plantea “Ni Charles Darwin ni Marie Curie se propusieron hacer literatura con sus postulados científicos, como tampoco el astrofísico Carl Sagan testó su legado de ficción literaria en detrimento del de divulgación científica. Quizás el bioquímico Isaac Asimov, narrador estadounidense de procedencia rusa, haya navegado con la suerte inversa a la de Sagan. Como quiera que sea, sin frisar siquiera el menospreciado género de ciencia ficción, el lujuriante acervo poético contenido en el saber científico ha sido un terreno de la sensibilidad a la que muy pocos escritores y artistas han dado desprejuiciada apertura en sus obras”.
Y culmina el prologuista con estas palabras “En Autofagia hay ciencia, sí, pero no aquella que nos apabulla con algoritmos que cobran austero sentido en las tablas y estadísticas para un especialista, sino aquella que, desde el sólido esqueleto de muchos conocimientos, exprimen la sustancia de nuestras emociones al pairo. Tampoco hay respuestas —quizás algunos faros— y sí el libre albedrío del Ser que conoce sin conocer, que procrea sin mover un dedo, en medio de esa ciega oscuridad de la existencia a la que plagamos de coordenadas por temor al naufragio de lo inevitable. De los cuerpos de estos textos emergen viejas palabras ordenadas de modo que se reinventan. Una mirada transida de otras verdades”.
Es ilustrativo como la autora nombra las secciones de su obra, Fago, Interfase, Mutilaciones y Lisis, como diría mi abuela, del galgo le viene la casta. Ilustro lo anterior con un fragmento del poema “Autoinmunidad”
Me defiendo de mí misma con todas las armas posibles:
batalla de citokinas, células killer, macrofagia
y alguna que otra fiebre. Invento dolores articulares y cefaleas.
Me oculto tras la fatiga del día.
La contraportada del libro nos expresa, “En Autofagia, cada texto es, como dijera Octavio Paz, “salvación y éxtasis”. En las dilaciones de las contiendas hay una peculiar manera de mostrar el punto de vista de un sujeto que se involucra en el caos e intenta salir luego a la luz, como quien sabe que ha puesto las cartas sobre la mesa, con la rabia de quien no tiene más que su propia existencia para cumplir la aventura de ser.
Acá les dejo el enlace para que los interesados puedan descargarlo y disfrutarlo. https://www.cubaliteraria.cu/download/autofagia-de-yahumils-hidalgo-pdf/