La Habana, Cuba. – Como se ha dicho, la unificación monetaria y cambiaria no resolverá por sí sola todos los problemas de la economía cubana, pero su aplicación es imprescindible, entre otras cosas, para garantizar el restablecimiento del valor del peso y sus funciones.

Y para que nuestra moneda pueda cumplir su cometido, debe mantener la estabilidad, o sea, conservar en el tiempo su poder adquisitivo. 

Eso se logra cuando los procesos de emisión de dinero se corresponden con la evolución de la economía real o productiva, es decir, que no haya ni más, ni menos dinero en circulación que la oferta de bienes y servicios, explica la especialista de la Dirección de Estudios Económicos del Banco Central de Cuba, Karina Cruz.

Ahonda también en los requisitos  para que el peso desempeñe sus funciones, y en primer lugar menciona la existencia de un tipo de cambio que acerque la oferta y la demanda de divisas. 

Que el peso cumpla sus funciones

La existencia de reglas claras de emisión monetaria, o sea, que en la economía exista justo la cantidad de dinero necesaria, es otro de los requisitos del entorno ideal que debe primar para que el dinero cumpla sus funciones.

Para ello – esclarece la economista Karina Cruz – son importantes los niveles de déficit fiscal adecuados, que no existan tipos de cambio diferenciados, y que la emisión de la moneda nacional esté conectada con el movimiento de los flujos de divisas.

En otras esencias también insiste la joven graduada de la Universidad de La Habana, como el control del endeudamiento público y la coordinación entre los organismos encargados de conducir las políticas fiscal, monetaria y cambiaria.

Tiene que haber un ente conciliador para lograr la mejor dirección de la política macroeconómica, subraya la joven economista del Banco Central de Cuba.

Sanear el ecosistema económico

El escenario ideal para que el peso cumpla su cometido en la economía debe contemplar el tránsito de una dirección administrativa hacia una más descentralizada, que se mueva por instrumentos financieros, asegura la economista del Banco Central de Cuba, Karina Cruz.

Ello no quiere decir -aclara la joven- que se anulen los instrumentos directos con una efectividad probada, como el control de precios.

Por supuesto que a todo eso habrá que añadirle la existencia de una oferta estable y de calidad, la creación de incentivos que estimulen al ahorro y la obtención de créditos en moneda nacional, así como la preparación de los hacedores de políticas y encargados de su implementación.

De lo que se trata es de eliminar las distorsiones presentes, sanear el ecosistema económico de la nación, y estimular la producción para desarrollarnos.