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La Habana, Cuba. – La lectura de textos sobre las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos es algo de gran importancia para toda persona que desee conocer y profundizar en la historia; permite conocer de dónde venimos, donde estamos y los posibles escenarios a los que se enfrenta el país. El texto que comento hoy “Derrota de la guerra sucia. La administración de Lyndon B. Johnson contra la Revolución Cubana”, publicado por la editorial Verde Olivo en el 2014, y escrito por el Dr en Ciencias Tomás Díaz Acosta, acucioso investigador sobre las agresiones de los Estados Unidos contra Cuba. Este autor ha publicado varios libros sobre la temática que se analiza, en este caso el periodo histórico de comienzos de la Revolución Cubana, la tercera administración a la que se enfrentó ésta, la del demócrata Lyndon Baines Johnson, electo vicepresidente de John Fitzgerald Kennedy, pero que asume la primera magistratura cuando aquel fuera asesinado.

La obra estudia la actuación y mentalidad de los más altos funcionarios del ejecutivo y del propio presidente al replantear el diseño estratégico hacia Cuba.  Se basa en una amplia documentación estadounidense, ya desclasificada, que revela la actuación del gobierno en el periodo de noviembre de 1963 a enero de 1969. A finales de 1963 ya era evidente el fracaso de los planes subversivos de las administraciones precedentes para destruir a la Revolución Cubana. En 1965 la contrarrevolución interna fue derrotada y sus principales personeros y colaboradores desmoralizados optaron por salir de Cuba. Los pocos grupos armados existentes trataban de sobrevivir y evitaban ser capturados. La ansiada sublevación generalizada del país que justificaría una intervención de la Organización de Estados Americanos, OEA, no se había hecho realidad y era aún más compleja después del entendimiento entre Kennedy y Jruschov.

Ante esa realidad, el nuevo mandatario de la Casa Blanca decidió reanalizar la política estadounidense con el fin de tratar de hallar nuevas vías, a mediano o largo plazo, para la consecución de sus objetivos, en los que la guerra económica comenzó a tomar un carácter preferencial. De contención pasiva fue caracterizada la política aplicada hacia Cuba despues de 1967. Es de señalar que en ese periodo de tiempo se produjeron graves incidentes que provocaron fuertes tensiones y crisis entre ambos países. En la arena internacional los Estados Unidos escalan la agresión a Vietnam, intervienen militarmente en República Dominicana, despliegan asesores militares y de inteligencia en el subcontinente, con un marcado énfasis en  la desarticulación del movimiento guerrillero en Bolivia y el asesinato de su líder el comandante Ernesto Che Guevara.

La obsesión de la administración Johnson con Cuba se ilustra en un documento del Consejo de Planificación Política del departamento de Estado, aparece en el texto, que afirma: “Tal vez de importancia mayor es que el peligro que encaramos de Castro no es lo que hace en lo tocante a la distribución de armas, la difusión de propaganda, el entrenamiento de elementos subversivos y el envío de agentes, sino el impacto de la propia existencia de su régimen sobre el movimiento izquierdista de muchos países latinoamericanos […] El hecho de que Castro representa un desafío exitoso para Estados Unidos, es una negación de toda nuestra política hemisférica durante casi un siglo y medio. Antes de Castro, ningún latinoamericano tuvo la certeza de que se saldría con la suya con una revolución de corte comunista y un vínculo con la Unión Soviética”.

La lectura de este libro aporta informaciones de primera mano sobre un periodo importante de Cuba, la copiosa bibliografía consultada y referenciada lo ilustra muy bien. La Crisis de Octubre mostró que Cuba estaba dispuesta a defender su proyecto político hasta las últimas consecuencias por lo que la administración Johnson cambió su eje de actuación hacia lo económico, cuyas consecuencias aun sufrimos. De seguro la lectura de este texto le dará nuevos elementos sobre nuestra historia, ojalá lo encuentren en algún local de libros de uso. Ya termino, y recuerden, si me ven por ahí, me saludan.