Desde que Celia Sánchez Manduley se incorporó al Movimiento 26 de Julio en 1955, en Manzanillo, comenzó a dejar su huella en nuestra historia.

El sacrificio, la entrega y valor, a toda prueba, la caracterizaron en su permanencia en la Sierra. Fue clave en el envío de refuerzos de jóvenes a las intrincadas montañas para incorporarse a la guerrilla de Fidel.

Celia Sánchez fue, junto con otras intrépidas mujeres que batallaron por la liberación del pueblo, alma, corazón y antorcha que movió conciencias, y con su ejemplo, guió a todos.

En El Uvero, con el fusil M 1 tiene el mérito histórico de haber sido la primera mujer combatiente del Ejército Rebelde y de haberlo hecho bien, escribió su biógrafo Álvarez Tabío.

Hoy cuando el pueblo exige consagración al desarrollo y defensa de las conquistas de la Revolución, Celia brilla con luz propia.