La Habana, Cuba. – En paradoja, el Padre de la Neurocirugía Cubana, doctor Carlos Manuel Ramírez Corría, falleció de lesión cerebral severa por un accidente de tránsito; fue el 27 de marzo de 1977.
Neurocirujano y profesor, en 1934 creó condiciones en el Hospital Universitario Calixto García para formar cirujanos en la especialidad, y en su labor asistencial, docente e investigativa, fundó el primer Servicio de Neurocirugía del país.
También, realizó operaciones pioneras en pacientes con daños traumáticos y tumores cerebrales, y tuvo decisiva aportación en la Cátedra de Patología y Clínica Infantil de la Facultad de Medicina.
Carlos Ramírez Corría, miembro de la Academia de Ciencias de Cuba, renunció al ministerio de Salubridad en el mandato de Carlos Prío, y con la Revolución rechazó ofertas de centros estadounidenses.
Mucho en Ramírez Corría
En una investigación de los doctores cubanos Héctor Julio Piñera-Castro, Roberto Verdial y María Teresa Solomón se exponen aspectos del hacer científico del neurocirujano Carlos Manuel Ramírez Corría.
Entre ellos, el desarrollo de ideas y maquetas para la docencia de la anatomía vascular encefálica, operaciones neuroendoscópicas con cistoscopios, y confección de un equipo atornillado al cráneo para obtener coordenadas estereotáxicas.
Otros: en cirugías de lesiones de la base craneal y de la fosa posterior, utilizaba una lupa de pata larga en el suelo y cuello flexible, con un tubo fluorescente para permitir mayor iluminación, antesala de técnicas de mínimo acceso y microcirugía.
El trabajo de estos doctores sobre el neurocirujano Carlos Ramírez Corría incluye que con él, por primera vez en Cuba se comenzó la angiografía carotidea y la cirugía aneurismática.