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La Habana, Cuba. – Dispositivos de extracción, bombas de minas, cerrojos a prueba de robo, reloj de péndulo, esclusas, muelles de construcciones navales y el ajuste de ejes flexibles, se encuentran entre los diseños del sueco Christopher Polhem.

Inventor, ingeniero y matemático, sus construcciones y diseños se consideran un valioso aporte al avance tecnológico, y tanto prestigio ganó en su época que el gobierno francés le confió realizar un reloj de gran tamaño para el sultán de Turquía.

Si bien se destacó en la construcción de relojes, instrumentos y aparatos de física, también llamó la atención del rey Jorge Segundo de Gran Bretaña, quien le requirió en Hanover para perfeccionar los procedimientos de extracción de las minas de Hartz.

Nacido en Visby el 18 de diciembre de 1661, Christopher Polhem es considerado el Padre de la Ingeniería sueca.

Alfabeto mecánico

El ingeniero sueco Christopher Polhem es para los científicos la expresión de “la primera ansia de sistematización total de la mecánica aplicada”.

Si tuvo fama como relojero, la consagración vino con el malacate construido para las minas de cobre de Fahlun, en Suecia, una máquina a manera de cabrestante dedicada a extraer minerales y agua.

El innovador, con excelentes aptitudes para la mecánica y el razonamiento espacial, construyó sus propios modelos y maquetas y a su colección de máquinas las consideró un alfabeto mecánico donde las cinco máquinas simples de la antigüedad eran las vocales y el resto las consonantes.

Para Christopher Polhem, a partir de esos mecanismos se podría formar cualquier máquina compleja, y decía que si un poeta producía el más bello poema con letras sencillas, un ingeniero que dominara el alfabeto mecánico podía producir máquinas útiles.